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Un quadtrero en el Dakar

Publicado por Pablogueb

Contribución de: Dario

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Desde España, Dario "Bupo" formó parte del equipo médico encargado de velar por la seguridad de los pilotos en el Dakar 2011 Argentina Chile.

ANÉCDOTAS Y VIVENCIAS DE MI DAKAR 2011.
By Bupo

 Jamás hubiera imaginado que este año fuese a comenzar para mí de la manera que tantas veces había soñado…, en el Dakar de Argentina-Chile!!!! Os aseguro que no ha sido nada fácil conseguirlo, así como nunca lo es alcanzar un sueño que tanto se añora, pero precisamente esa dificultad y esa incesante pelea es la que finalmente te hacen sentirte más feliz, más satisfecho y más dichoso cuando lo has conseguido. Por eso os digo como siempre que si tenéis un sueño y lo deseáis verdaderamente debéis luchar porque él, pero luchar con todas vuestras fuerzas, sin perder la ilusión y sin desánimo cuando las cosas no salen a la primera…., yo tardé cinco años….

Como de momento veía difícil acudir al Dakar con mi quad –un ltz actualmente-, quise intentarlo con la organización mandándoles mi cv de enfemero de emergencias y rescate, hoy en Ciudad Real……., que también existe….. Mis bazas eran 10 años de experiencia en uvi móvil, algunos el helicóptero, idiomas –inglés y francés, por supuesto- y carnets de conducir varios, aparte de una ilusión y compromiso incondicional. Aunque no os lo creáis, hace ya 7 años que estudio francés, y no penséis que es broma, pero la única razón por la que empecé era para esto…., os lo prometo.

 A finales de abril me escribió un correo la directora del equipo médico, Florence, donde me decía que “querían contar conmigo para esta edición del rally”. No me lo podía creer!!!.... Posteriormente me dijo una cosa en Buenos Aires que me dejó un tanto pensativo. Mis amigos bromeaban conmigo, “¡te han cogido ya por pesado!”, me decían, y no es para menos tras cinco años de enviar no menos de veinte cv cada uno, pero ella me vino a decir quizá lo mismo pero en un sentido mucho más positivo, quizá una de las tantas diferencias que he encontrado entre nosotros y nuestros compañeros franceses, pues me dijo que “por la perseverancia que había mostrado año tras año ella ya sabía que conmigo tenía aseguradas las ganas, la voluntad y el compromiso de acudir y participar en esta aventura”. ¿Veis qué diferencia?....

Ha sido la primera vez que he estado en Argentina y Chile y la primera que he visto el Pacífico. Todo prácticamente ha sido nuevo para mí, también pasar el año nuevo fuera de España…., y encima en verano. El primer y segundo día de verificaciones en La Rural, algo así como un palacio de congresos en Buenos Aires, me los pasé tomando datos de filiación y anamnesis a los pilotos, y tuve ya allí os aseguro que viví momentos de emoción cuando por allí pasaron Carlos Sainz y Lucas Cruz, “Chaleco” López, Peterhansel, De Rooy…., y en cuanto tenía un momento me cogía la cámara y me iba para las verificaciones de los vehículos para ver esas impresionantes máquinas que habían de surcar el desierto en pocos días.

 Allí conocí a Joan Puig, tío extrovertido y divertido donde los haya, expresivo como ninguno. “Oye Joan ¿y qué quad es este?”, le pregunté dado que por mucho que me fijaba no veía nada que me indicase cual era el verdadero origen del “hummercito”, a lo cual me respondió que era algo así como un compendio de muchos otros, je, je…, pero que principalmente eran un Polaris. ¡¡¡¡Anda que a ver quién lo hubiera adivinado!!!!. Como era el único representante español en la categoría de quads ciertamente diré que siempre estaba un poco más pendiente de su carrera.
El segundo día de rally (Córdoba-Tucumán) me lo encontré en el CP1 donde estábamos a la expectativa con el helicóptero de rescate OSCAR, un H1 del ejército argentino que probablemente tuviera más años que yo, que ya voy por 35. Joan estaba muy contento de cómo estaba yendo todo, se le veía eufórico. Me contó que el primer día pudo ver en directo el accidente de quad del piloto argentino Ademar, y que se temió lo peor, pues pudo presenciar como “el tío se dio una piña del copón, dio no sé ni cuantas vueltas y el quad le cayó encima”, contaba, de hecho paró para ayudar y pesó que este podría estar muerto ya que “ni se movía”. Afortunadamente “tan solo” estaba inconsciente, y tan solo cuando acudió gente y policía al accidente y quedó Ademar en manos de otros Joan continuó su etapa. Gran gesto de “nuestro” piloto, pues si el espíritu del Dakar presume de algunas cosas, una de ellas es de solidaridad y la camaradería que se crea entre sus participantes, sean y provengan estos de donde provengan, y es que ¿quién sabe?, ¡hoy por tí y mañana por mí!.
 Os puedo decir que me tocó a mí llevar a este piloto al hospital de Córdoba donde el Dakar tenía dos camas de uci reservadas y llegamos a temer por su estado, pues con el paso de las horas este se iba quedando más y más adormecido, lo que no es una buena señal tras un traumatismo craneoencefálico. Afortunadamente con el paso de los días Ademar se fue recuperando, otro amigo suyo dentro del bivouac me mantenía informado y a la semana pudo se dado de alta.

Ese mismo día atendimos también en el bivouac al polaco Sonik, el actual campeón del mundo de raids en quads, y precisamente el jefe de filas de Ademar, que también había caído. Tan sólo tenía múltiples contusiones y magulladuras, pero nada roto….., salvo el quad. Estas fueron las dos bajas del primer día de las que yo tuviera constancia. Una cosa sí que me llamó poderosamente la atención, y es que cuando los medios de comunicación se enteraron de la caída y retirada de estos dos pilotos, las inmediaciones del bivouac eran un hervidero de periodistas, con máxima preponderancia de argentinos y polacos, claro está, porque aunque no os lo creais, Polonía tenia en el Dakar un buen nutrido número de periodistas con hasta una presentadora estrella de la televisión polaca –muy guapa, por cierto-.  Esto me llevó un poco a la indignación de pensar cómo era posible que ya no sólo el Dakar en sí, sino las noticias relacionadas con sus quadtreros tuvieran y suscitaran tanto interés en países como estos y en todos los demás en general salvo en el nuestro, ¿por qué?.
En Argentina los quadtreros del Dakar eran adorados por toda la hinchada, y no digamos ya “el fenómeno Patronelli”, lo cual roza la histeria, lo mismo en Polonia o Chile como pude comprobar. Vamos que en sus respectivos países Sonik y Patronelli son auténticas celebridades…., y nosotros qué?, ¿cómo somos aquí?, pues os recuerdo que también el Pedergá ganó en Dakar del 2006 en quads y el hombre ni siquiera encontró dinero para poder ir este año…. Está claro que nuestros políticos no nos ayudan demasiado, pero ¿estamos nosotros los quadtreros haciendo lo que debemos realmente para hacer progresar nuestro mundo?, ¿creéis realmente que nos estamos ayudando cuando cogen a algún “quadtrarra” haciendo campo a través por algún sembrado y dañando el trabajo del agricultor, o haciendo caballitos por la calle?. Empecemos por aquí compañeros o esto se nos va al garete.

 Esta jornada que os comentaba estuve en el CP1 con el OSCAR acabó para mí trasladando a un piloto español que se cayó, Joan Barreda…. ¡¡Recordád este nombre para próximos años!!. Con 27 años este era su primer Dakar en el equipo Aprilia con Chaleco y Farrés. El día anterior (2 de enero) lo había visto en el bivouac -justo antes de partir con Ademar- por una caída que nos hizo temer que se hubiera podido fracturar un antebrazo, finalmente no era nada salvo una fuerte contusión bastante dolorosa, y en estas condiciones salió a correr al día siguiente, haciendo el 10º tiempo en este CP1, hasta que poco después de reiniciar la marcha cayó de nuevo por culpa del polvo que levantaban los que le precedían y rompió la moto. Estaba más dolido en lo moral que en lo físico, y es que este había sido para él un año de agridulces con la pérdida de la Baja Spain por avería poco antes del final y una buenísima actuación en el Faraones, lo que le valió la llamada de Aprilia para el Dakar. Me contó su decepción e inquietudes lógicas ahora para con la marca y su futuro, y es en estos casos donde ves al piloto más como un “compañero cercano” que comparte tus mismos sueños, temores y contradicciones que como a un mero paciente. “Incluso de esto debes aprender Joan, pues siempre hay una lección que sacar de cada cosa, y con lo joven que eres cualquier lección te ayudará para progresar”, le dije para consolarle y darle ánimos al chico. ¡Ánimo Joan!, el año que viene espero verte arriba.

 Muchos tachan a Marcos de ser un tío un tanto frio y antipático, pues es difícil sacarle tan sólo una sonrisa para la cámara, pero aquí algo diré en su defensa, y es que este carácter de celebridad del que antes hablé llega a asfixiar, y seguro que esto puede en algún momento agotar el carácter de cualquiera. Marcos estaba en todo momento asediado de gente allá por donde pasara. Creo que hasta el último argentino del país conocía a Marcos. Las decenas de personas que había en aquel punto de refueling de mi primero día con OSCAR, se agolparon en un minuto en torno al piloto que ciertamente no podía ni continuar la marcha, y doy fé de que cuando este llegaba al bivouac siempre había tras suya una cámara, periodista o cadena de tv, lo que supongo debe ser a veces insufrible….., algo parecido que le sucedía a nuestro Carlos Sainz. Este fue el día que por primera vez conocí a los Patronelli.
Al día siguiente (4 de enero, Tucumán-Jujuy) al caer la tarde, Marcos vino al hospital de campaña acompañado de un amigo que lo traía en su furgoneta un tanto a salvo del incesante acoso mediático. Se quejaba de un dolor intenso en la rodilla derecha, la cual estaba perceptiblemente inflamada a consecuencia de una fuerte caída que ese mismo día había tenido. El tío se retorcía de dolor, y es que, a pesar de que no tenía nada roto, se le había producido un derrame dentro de la cápsula articular que a medida que crecía, esto es, que seguía sangrando, hacía que aumentase el dolor dentro de esta.  Estaba bastante abatido hasta que mi compañero Gilbert, traumatólogo, decidió hacerle una punción para extraer esta sangre, de forma que se aliviara la presión dentro de la rodilla, lo cual cuando se lo expliqué a Marcos no pareció “molarle” mucho, je, je…. , “me pondréis anestesia, ¿no?”, a lo que le respondí que tan sólo iba a ser un pinchazo limpio y prácticamente nada doloroso, todo lo contrario que poner varios para aplicar el anestésico. Se quedó más tranquilo y comenzamos la intervención. Con fuerza me agarró la mano, pero apenas si notó la entrada de la aguja, y 10 segundos más tarde Gilbert comenzó a sacar hasta cinco jeringas de sangre de la cápsula articular….., más de 100cc…, con razón le dolía. Eso sí, después de esto se quedó en la gloria, máxime tras colocarle un vendaje compresivo para evitar que esto volviera a sangrar en exceso. Me confesó que quizá ciertamente había llegado un poco apresurado y no en las condiciones más optimas al Dakar, todo después de la caída que tuvo unas semanas antes y en la que se fracturó el peroné e hizo bastante daño, lo que sin duda le habría condicionado en su forma de pilotar, y que esto era ya el acicate para retirarse. De forma que me pareció, y esto es una opinión personal, que en aquél momento casi parecía un tanto aliviado, no sé……..aunque también diré que a los pocos días me junté con él y su equipo en el comedor del bivouac y ya se encontraba tan bien recuperado que me dijo “jó, si lo sé no me hubiera retirado, ahora estoy genial y lo único que hago es seguir adelante con mi hermano”, Alejandro.

 Otro de los días que no olvidaré jamás fue mi segunda salida en el helicóptero de recate el día 7 de enero, pues al alba aún no habían llegado más de cuarenta corredores de todas las categorías a Iquique. Bien temprano nos habían convocado al doctor Guillermo Avellanal y a mí en la zona del improvisado helipuerto para salir en busca de la gente. Algunos llevaban casi 12 horas perdidos sin dar señales de vida, esto es sin contestar a las llamadas de la organización ni mostrar movimiento en las pantallas de seguimiento del puesto de control, PCO. A priori siempre piensas lo peor, en un piloto de moto que se cae y permanece inconsciente…, al que no se puede acceder por helicóptero por la noche, así como tampoco con TANGO (todo-terreno medicalizado, iban 10 este año), o nadie, ningún otro corredor que estuviera cerca para ser avisado…., pues es todo esto lo que se pone en marcha con cualquiera que no señales de vida o movimiento. Bueno, de los apenas tres casos que hacían pensar lo peor, finalmente en ninguno hubo confirmación de estas sospechar tan agoreras, y así el único al que finalmente no encontrábamos pues su moto quedó sola en las dunas, se había ido tan pancho y haciendo “autostop” al bivouac…, je, je…. El resto de los casos eran multitud de vehículos atascados en la arena, sin combustible, exhaustos, a los que les pilló la noche, con averías, camiones volcados, etc…, ciertamente algunos valles entre dunas parecían “la guerra”.  Creo que haber visto así y desde el aire esta pate de carrera ha sido una verdadera suerte, pues la percepción de todo es otra. Era curioso oír a la tripulación del OSCAR chileno cómo decían “vamos a mirar detrás de esa lomilla”….., 500 metros de loma, o montaña, en vertical, insuperable para cualquier piloto y máquina….., terrestre, claro!!!!, pero es que desde el aire todo parece más liviano y accesible…. Había pilotos que daban la sensación de estar completamente perdidos, que no sabían ni hacia adonde tirar y nos hacían señales…., nosotros someramente les indicábamos la dirección del bivouac al que ya llegaban algunos con más de 10 horas de retraso…..
Uno de los que llegó al alba, justo antes de que yo partiese para el helicóptero fue Ignacio Chivite, que con su Bultaco del 79 había pasado toda la noche en el cordón de dunas previas a la llegada en Iquique…. Había llegado agotado y tenía que cambiar parte del motor de la moto…, y encima lo tenía que hacer él mismo, pues su equipo era uno de los humildes de la caravana, y por si fuera poco venía con una reacción un tanto extraña, posiblemente alérgica o fruto del agotamiento, al bivouac…. Me dijo que ya no podría salir, pues no le daba tiempo para poner a punto la moto, con lo que con toda su tristeza y decepción tenía que abandonar…., Lástima por Ignacio!!!, pues os diré que él y su moto tenía su propio y específico club de fans, los nostálgicos de las bultacos no eran pocos entre los franceses y resto de la caravana.

 Los días pasaban y el cansancio hacía mella en todos nosotros, también en el equipo sanitario. Cuando trabajas en el Dakar no hay horarios. Los pilotos llegan a cualquier hora del día o la noche, puando pueden llegar…., con lo que dormir es una auténtica quimera, pues a esto sumemos los continuos ruidos de mecánicos, equipos electrógenos, motores, probando las motos, acelerones, etc… Conscientes de esto, la organización nos rotaba al equipo para ir a dormir a un hotel de forma más sosegada y donde nos pudiésemos duchar adecuadamente. Os diré que tan sólo fui una vez….., y es que me negaba a irme, pues aunque estaba absolutamente “fundido” me daba igual, yo quería estar allí cada momento, haciendo cosas, viendo a gente…, y siempre les decía a los organizadores de nuestro hospital de lonas que “había otros compañeros más cansados que yo y prefería que fueran ellos”, je, je…, encima quedando bien….
En el bivouac podíamos hacer prácticamente de todo, radiografías, ecografías, inmovilizaciones, yesos, pequeñas cirugías, suturas, anestesia…., etc, pero también hacíamos otras cosas para los pilotos que no por menor entidad eran para ellos menos importantes….
 Los días de arena nos hinchábamos a limpiar ojos con suero, a poner tiritas en rozaduras de la ropa o botas, o curar simples arañazos. Esto que parece una tontería y que muchos de nosotros ni siquiera hubiéramos ido a la asistencia, para ellos era casi “vital”, pues cuando un piloto está concentrado durante más tiempo en una cosa, en este caso en el rally, cualquier cosa que les perturba esa concentración –este simple roce- ellos lo perciben magnificado, como una distorsión que amenaza esta concentración y lo que ello conlleva –seguridad, planificación de la etapa, estrategia,…- , y así es, pues basta que ellos lo perciban así para que así sea. Además, muchos encontraban igualmente en el bivouac el “oasis” de atención, tranquilidad y evasión que en sus camiones de equipo no pueden encontrar, fuera de las conversaciones continuas de motores, aceleración, suspensiones o roadbooks…, de hechos los había quienes incluso se iban tranquilamente al “hospitalillo” para repasar y pintar sus roadbooks y cito aquí por ejemplo a Alain Duclos –Aprillia-, estar frescos –teníamos ventilación húmeda-, ver la tele y los resúmenes –también teníamos pantallas- o simplemente conversar con nosotros…., pues era evidente también la confianza que estos nos profesaban y tenían en el equipo sanitario…. No en vano, hacía ya más de un mes que en uno de los mettings que tuvimos que hacer en París los que fuimos seleccionados para el equipo sanitario, el mismísimo Lavigne nos comentó convencido de ello que “si los pilotos del Dakar se permitían el lujo de ir 200 km/h por pistas pedregosas era en parte por la confianza que tenían en nosotros, en el equipo sanitario que traemos, o en que en pocos minutos tendrán a su disposición un helicóptero en caso de emergencia…..”.

 Tras las retira Marcos y Joan Puig por caída, fractura de cúbito derecho y varias costillas incluida, tan sólo volví a tener muchas conversaciones específicas con quadtreros salvo con Camelia y a la postre con el ganador de este año Alejandro Patronelli.
Camelia es una mujer con carisma…., eso sí que es cierto. Ya lo comenté en el foro, pero es que conociéndola resulta difícil de creer cómo una persona que apenas superará los cuarenta kilos –cálculo a ojo- y el metro y medio de estatura pueda acabar un raid como este. Esto tiene para mí un mérito increíble. A pesar de sus fibrosos brazos, a primera vista sus hechuras de piloto no aparecen por ningún lado…., a veces hasta parecía bajarse del quad de una forma un tanto tosca, o digamos poco ágil dado su menudo cuerpo…, y por favor, que nadie me entienda mal, pues como digo para mí precisamente este “hándicap corporal” hacen mucho más grandes sus hazañas. De hecho, desde mi percepción probablemente equivocada de aficionado, el pilotaje de Camelia no despunta por su técnica o agresividad…., quizá ciertamente por esta falta de fortaleza física, pero en cambio sabe explotar como nadie otras cualidades que son imprescindibles para acabar un Dakar, y esto es cabeza, buena planificación de la estrategia a seguir, conocimiento de la máquina y de su mecánica para solucionar averías, pundonor, espíritu de lucha irreductible, estudio del terreno, experiencia, sentido de la orientación y conocimiento del roadbook y resto de sistemas y sobre todo lo más difícil como también me decía el “maestro”  Arcarons, el conocimiento de sus propios límites, lo que la lleva a no cometer estupideces y perder una carrera….. Todo el mundo reconocía esto en Camelia, la vitoreaban en cada punto de paso control o refueling como a una estrella. Consciente de todo esto pienso que ella en todo momento sabe que sus opciones de ganar son remotas, pero también tiene claro que si alguna posibilidad tiene es acabando, que ya es bastante cuando hablamos de un Dakar.
En el refueling de Fiambalá previo a entrar a las famosas “dunas blancas” pude comprobar esto, los vítores y todo lo demás. Me comentó que estaba un tanto enojada con sigo misma porque se había retrasado en el enlace…., y llevaba acumulado este retraso cara a afrontar la zona de dunas….. “Hoy tendrá un día muy duro…., que ya veremos si no se queda”, pensé yo ingenuamente……, bueno!!!!, no veáis como le daba gas a su Polaris…., parecía que iba flotando por las arenas del desierto, pues ahora su bajo peso era su mejor ventaja, y su quad, como los demás, el mejor vehículo para superar dunas. “¡¡¡Trágatela Darío!!!”.


 En Argentina y Chile el Dakar es razón de estado. Todo lo relacionado con el Dakar es sagrado, una auténtica locura, máxime con la pasión que en Sudamérica –sobre todo Argentina- se ponen en todas las cosas, y es que ellos han sabido ver y aprovechar el escaparate que supone una prueba deportiva tan reconocida que se ve en medio mundo y que exporta a todos los rincones del planeta la imagen de estos países. El estado presta material, helicópteros, aviones, policía, agiliza papeles…., todo para “agradar” a la organización. He leído un estudio en el que se hablaba de un incremento del turismo en Argentina y Chile de un 8% anual en estos tres últimos años atribuibles al rally….., os lo prometo, y es que como uno de los pilotos del OSCAR me contaba antes de Argentina en China sólo conocían a Maradona, y ahora conocen el Dakar, con sus paisajes, pampas, desiertos y montañas…, y ya no os digo nada en Chile, donde sus playas de Iquique y Fiambalá están más llenas cada temporada, aparte de los miles de aventureros que cada año llegan con sus “cacharros” para hacer los mismo recorridos que habían hecho los campeones del rally, igual que siempre había ocurrido en África, y claro, esto deja dinero… ¿Os imagináis al gobierno de España prestando este material?, ¿al ejército?, ¿helicópteros?, ¿qué dirían oposición?, ¿ecologistas?, defensores de los derechos del “sapillo cagarín” o de la amapola verde??...... Bueno, siempre estará el político “humilde” y consecuente que argumente que es que los argentino y chilenos están en vías de desarrollo…., esto qué es…, ¿menos desarrollados que nosotros?, porque nosotros estamos más…, ¿nó?..... Me indigno y me rallo yo solo!!!!!.
 Y por si fuera poco luego está esa gente tan pasional, ese público entregado….. Los niños y mayores se te acercaban para firmarles un autógrafo o hacerse una foto contigo. Los primeros días me harté de contarles que yo no era ningún corredor ni nadie importante de la carrera, pero a ellos les daba igual…, tú veías sus ojillos deseosos de conseguir tan sólo esto de ti y al final ¿cómo ibas a decirles que nó?, ellos no lo entendían cuando les explicabas…, y es que daba la sensación que nosotros éramos como marcianos para ellos, gente que había venido de Dios sabe donde en aquella caravana de “cacharros” tan raros que a ellos, sobre todo a los niños, les parecían auténticas naves espaciales…., y me refiero sobre todo cuando pasábamos por algún lugar humilde y asilado, ¿cómo decir que no?, y si podías hasta les dabas cualquier tontería, una ración de comida, una pegatina, un llavero, un simple folleto informativo…, ¡lo que sea!, y ellos se volvían locos de contentos……, y uno disfrutaba viéndoles así…, los niños…. Las personas locales de contacto con las que teníamos que quedar en cada punto, ya fueran operarios, en el aeropuerto, en los puesto médicos avanzados…, se “mataban” por complacer cuando les pedías algo, te querían siempre llevar a comer, se movilizaban ante cualquier necesidad tuya…., bueno, ¡increible! La voluntad y actitud de aquella gente con respecto hacia rally y los que lo integrábamos….., “chapeau”!!!.

 Aunque ya había hablado con él varias veces a largo del rally, el último día pude compartir un rato con Alejandro Patronelli, quien hacía días que todos los que seguíamos la prueba sabíamos que sería, salvo imprevisto, el vencedor en quads. El hombre a primera impresión me pareció mucho más sosegado que su hermano, pero claro, el tampoco estaba tan acosado por los medios…., al menos hasta entonces… El tío es “bravo” de verdad….., o inconsciente….. Desde el día de las dunas blancas tenía fisurado el radio de su brazo derecho, y tuvo los “santos cojo.” De continuar corriendo con una férula y aguantando el dolor..., acojonante!!!!..., y que yo sepa ni siquiera se había pasado por el bivouac para ser atendido…, y es que claro, os contaré una cosa, muchos pilotos temen pasar por el bivouac con una lesión grave, por ejemplo una fractura, pues es obligatorio para nosotros comunicar esto a la organización, y esta se reserva el derecho a decirles de parar, con lo que algunos pilotos ante la duda se buscan la vida y no pisan el hospitalillo de la caravana, pues ya pasó con algún piloto y no precisamente anónimo como De Rooy en camiones…. Os confesaré que he tenido envidia de estos aventureros del quad, quizá a vosotros os pase igual cuando veáis algunas de las fotos que traigo, pues mi mente se perdía con ellos entre las dunas, entre los bosques y gargantas de aquellos paisajes de ensueño…., quién sabe si quizá algún día lo pueda correr!!!!, quién me iba a decir hace unos años que iría como asistencia sanitario oficial!!!!.....

 Para mí ha sido un placer haber conocido a tanta gente en este Dakar. Creo que he sido un tío muy afortunado de poder disfrutar de esta ventura, siendo partícipe de ella y miembro activo de la misma. Honestamente me he sentido arropado por mis colegas franceses en mi trabajo así como por toda la gente a la que he podido ayudar, pues no en vano mi primera intención era ciertamente “vaciarme” para dar lo mejor de mí al Dakar, pues ¿quién sabe si habrá otra oportunidad?.... Me he sentido útil y horado especialmente con nuestro pilotos, algunos de los cuales venían expresamente preguntando por mí al bivouac, dadas sus limitaciones con el francés y la de los propios franceses con el castellano, y esto me ha hecho conocer a gran parte de los nuestros y sentirme valorado por ellos.
Hoy a todo el mundo que me pregunta les confieso que aún, tres semanas después de haber aterrizado por en España, ando como “atontado”, con mi cabeza más por Argentina que por aquí…, y no sé cuánto me durará. Algunos lo llaman “síndrome Dakar”, y a pesar de que esta palabra la podemos inconscientemente relacionar con médicos, hospitales y enfermedades….., yo no quiero salir de él.

Os contaría muchas cosas más, pues traigo anécdotas, experiencias y reflexiones para escribir un libro, pero tampoco quiero aburrir, que aquí ya hay ocho folios. Espero que al menos este fragmento os haya entretenido.

Un abrazo.
Darío Rodríguez Morales. DUE de UME de Ciudad Real y Helicóptero Sanitario Gigante 2

Fotos: Bupo / BGProduction