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QUADTRIAL ASTURIAS 2005

Publicado por Pablogueb

La inclemencias del tiempo, el barro y un intenso aguacero, no pudieron con el ánimo de los quad

QUADTRIAL ASTURIAS 2005
QUADTRIAL AUTOSPOLA

La inclemencias del tiempo, el barro y un intenso aguacero, no pudieron con el ánimo de los quadtreros participantes en la prueba del Circuito Asturiano de Quadtrial

Autos Pola, concesionario oficial de los productos BRP (Bombardier Recreational Products) convocó a los aficionados y entusiastas del quad, a un fin de semana de presentaciones y pruebas de trial, que tuvieron lugar en un circuito habilitado al efecto, cerca de sus instalaciones en el Berrón (Asturias). La ubicación estaba muy bien escogida, ya que se encuentra al lado mismo de uno de los enlaces de la autovía minera Gijón-Mieres, en un prado de variada orografía, ya que esta iba desde una parte casi plana, a otra con pendientes suaves, mientras en la parte superior dichas pendientes eran más acusadas.

El motivo de la convocatoria era la presentación oficial en Asturias del Outlander 800 EFI, tanto la versión “normal”, como la superlativa y espectacular Max. Si bien Autos Pola ya disponía desde el mes de Julio de una unidad, del modelo XT corto, muy conocida por numerosos aficionados por haber estado expuesta en la Feria Internacional de Muestras de Asturias, y por haber sido probada por los representantes de esta Web, ha sido en ese fin de semana cuando se ha procedido a la presentación oficial del modelo que tanta expectación había levantado entre los aficionados al mundo del quad.

Después de un verano inusualmente largo y cálido en el Principado, sólo alterado por las lluvias de mitad de octubre, el cielo descargó durante 48 horas seguidas, un auténtico diluvio sobre la zona central asturiana, coincidiendo precisamente con el evento, obligando a limitar parte del calendario previsto. Las inclemencias meteorológicas hicieron que la asistencia fuera menor de la esperada pero, a pesar de todo, más de mil personas pasaron por el concesionario y por el circuito, a lo largo del fin de semana, desafiando a los elementos.

Desde primeras horas del sábado los aficionados fueron acudiendo a las instalaciones de El Berrón, para ir conociendo los modelos expuestos, y para apuntarse a las pruebas o actividades previstas. Aunque el plato fuerte estaba en el circuito y hacia allí se fueron acercando, para disfrutar del gran barrizal en el que se había convertido lo que el día anterior era un hermoso prado. El mencionado circuito constaba de siete zonas de variada dificultad, siendo la última la que destacaba, con una primera fosa en la que había que descolgar el quad, que debía de ser sujetado con una eslinga por el mochilero, teniendo a continuación una rampa de tierra suelta, para caer en otra fosa con una rampa de salida en la que había que utilizar cabestrante o tracción humana, para poder salir de ella sin ponerse el quad por sombrero.

Tino Granaja, campeón del Quad Trial Challenge 2005, hizo una primera demostración de cómo superar los obstáculos, ante la admiración de los presentes, ya que con sus prodigiosas manos hacía pensar que el circuito era fácil. Nada más lejos de la realidad, y enseguida tendríamos ocasión de comprobarlo. Bajo la dirección e instrucciones de Leonardo, el quadtrero portugués alma mater del QTC, los participantes fueron haciendo las distintas zonas. La primera consistía en un obstáculo de troncos, de considerable diámetro que hacía muy difícil la subida. Esta, además, se complicaba por la acumulación de barro que los vehículos iban depositando, y que transformaron los troncos en algo parecido a las cucañas que se hacen en algunas fiestas populares. Los patinazos, resbalones y atascamientos fueron continuos, y los mochileros tuvieron que trabajar a fondo para solventar los problemas, para regocijo de los aficionados que aguantaban estoicamente los chaparrones que estaban cayendo.

La segunda zona consistía en un obstáculo formado por contenedores metálicos, colocados en distintas posturas, y que por causa del agua y del barro más parecían una pista de patinaje. Varios participantes subieron el obstáculo por si solos, pero otros necesitaron nuevamente de la impagable ayuda de los mochileros, tanto para izar los quads, como para lograr que superaran el imposible ángulo de salida del penúltimo de los contenedores. Un salto ponía fin a la zona, y había que tomarlo con decisión, pues quienes no lo hicieron así pagaron su prudencia con el empanzamiento del quad en la arista final.

La tercera zona la denominamos “el cráter”, porque era un montículo de tierra poco compactada, coronado por un gran agujero, que parecía el minicráter de un volcán. La entrada al obstáculo era con inclinación lateral, para buscar el mejor ángulo por el que entrar al hoyo, bastante estrecho, y en el que no cabía un quad. De tal forma que a la entrada casi vertical se sucedía la salida, también vertical, y donde era frecuente que las defensas de los vehículos hicieran tope, obligando a un trabajo extra para conseguir superarlo. Había que medir muy bien para conseguir el impulso justo, con el cual lograr que el quad no se quedara colgando del chasis, pero que al mismo tiempo consiguiera no volcarlo en la fuerte bajada de salida. Quienes mayores dificultades tuvieron fueron los ATV de dos plazas, ya que su mayor distancia entre ejes hacía casi inevitable el quedarse enganchados.

A esta zona siguieron otras consistentes en agujeros colocados estratégicamente, que obligaban a maniobrar lentamente para poder meter todo el quad en ellos, y si no lo conseguías el resultado eran unos cruces de puentes que llevaban a los vehículos a la proximidad del vuelco. Una zona de zanjas en forma de laberinto impenetrable, con ángulos muy acusados, hizo trabajar a destajo a los pilotos para poder superarla, ya que apenas cabía el quad, y era necesario hacer continuas maniobras para colocarlo. Y una última zanja, bastante más profunda y estrecha que las anteriores, llevaba a unos montículos que daban paso a la última zona, la más esperada por aficionados y pilotos, por sus dos pozas, y que ya ha sido descrita anteriormente.
La salida final, que tenía un ángulo muy acusado, sólo era posible hacerla con ayuda de varios mochileros, debido a que bastantes participantes carecían de cabestrante.
En esta zona el mayor espectáculo lo dio Montse, quadtrera valiente y decidida, que parece desconocer el sentido de la palabra miedo. Debido a la pendiente y a lo resbaladizo que estaba el terreno, los voluntarios que tiraban de su ATV perdieron un poco el paso, justo cuando Montse daba gas a su Outlander. El resultado fue un encabritamiento del vehículo, que quedó en posición vertical casi al final de la subida , con Montse colgada del manillar pero sin soltarse en ningún momento, balanceándose hasta que el quad volvió al fondo de la fosa. Ante un susto de ese calibre cualquiera hubiese entendido que renunciase a volver a intentarlo, pero no fue así. Después de los consejos de Tino Granja, la chica se volvió a subir al quad, hizo una seña a los ayudantes, gas a fondo y hasta arriba sin problemas. Se llevó la mayor ovación del fin de semana, y desde luego que se la mereció.

Una vez finalizada esta parte de las actividades, todo el que quiso, y se atrevió, pudo probar los vehículos que Autos Pola había puesto a disposición de los asistentes. Lógicamente los más solicitados eran los Outlander 800 EFI, vehículo objeto de la presentación, aunque también había un Outlander 400, un 300 y un DS 650. En cuanto al 800 la mayoría se decantaron por el modelo corto, aunque también fuimos bastantes los que cumplimos el sueño de probar el impresionante Max, de aceleraciones fulgurantes, pero de trayectoria más controlable por su mayor distancia entre ejes. Debido a lo resbaladizo del terreno la diversión fue general, pues era muy fácil hacer largas derrapadas. Hubo quienes se atrevieron a llevar a los 800 EFI a los obstáculos del trial, especialmente a la zona del cráter y de las zanjas. La suerte fue diversa, pues mientras unos demostraron sus habilidades, otros pusieron de manifiesto que aún necesitan alguna clase teórica más. En lo que todos coincidieron fue en que se lo pasaron en grande, y en que al acabar la jornada parecíamos una piara de gorrinos, que acabasen de rebozarse en su charca preferida. Como la noche se echaba encima se dio por finalizado el día, en cuanto a actividades, pero muchos prolongaron la cita en un lagar de Nava, donde disfrutaron de una espicha.

 

El domingo la cosa pintaba aún más fea, debido a que la lluvia, que no había cesado de caer en toda la noche, había empeorado el estado del circuito. Por este motivo se retrasó el comienzo de las actividades e incluso habo que eliminar alguna de las previstas. Sólo algún valiente se atrevió a darse unas vueltas con los 800, y en cuanto amainó un poco la lluvia dio comienzo a la prueba de quadtrial, esta vez en plan competitivo.

Las inclemencias meteorológicas hicieron que la prueba tuviera que ser limitada a tres zonas solamente. La primera fue la de los troncos, y con el primer participante ya tuvimos una muestra de que aquello no iba a ser un paseo, pues se quedó con el ATV atascado en los troncos y con verdaderas dificultades para salir del atolladero. Algunos incluso tuvieron que usar el cabestrante para desatascar sus ATV, que perdían fácilmente la trayectoria ante lo deslizantes que estaban los maderos debido a la lluvia y, sobre todo, al barro que iban dejando los neumáticos. Cabe destacar la mala suerte de Justo Bernardo, actual campeón de Asturias de Quad-crono, quien subió el obstáculo y llegó a la mitad del recorrido con una celeridad inusitada pero, para su desgracia, había tomado la salida sin que esta le hubiese sido dada, teniendo que volver a iniciar la prueba y, como suele suceder en estos casos, la segunda intentona ya no salió igual. También destacar el despiste de Juan Valdés, del equipo JVQuad, quién “olvidó” que el bloqueo de su Kodiak 450 limita la potencia del motor, para evitar averías. Al tratar de tomar impulso para subir el primer tronco, el Kodiak se quedó sin fuerza y tuvo que volver a empezar, esta vez sin el bloqueo. En esta primera zona el más rápido fue Gelu Clotas, Con un Rincon, quien invirtió un tiempo de 0,19,08, seguido de Tino Granja, también con Rincon, que hizo 0, 28,69, y de Esteban Pérez, con 0,36,64.

La segunda zona era la formada por las dos pozas y las dos pendientes, y en esta tan importante como la actuación del piloto era la rapidez del mochilero, sobre todo a la hora de bajar a por el cable del winch y engancharlo en el lugar adecuado. Algunos pilotos también emplearon tácticas curiosas, como la de llevar sacado el cable del cabestrante, para ahorrar tiempo, lo cual en algún caso supuso más un perjuicio que un beneficio. Tal fue el caso de Gelu Clotas, quien al lanzar el cable descubrió que se había formado un nudo, y perdió un tiempo precioso para deshacerlo, lo que al final le costaría la victoria final en la prueba.

El vencedor de esta segunda zona fue Juan Valdés. Con el Kodiak, con un tiempo de 0,58,02, seguido de Justo Bernardo, con Scrambler 500, con 0,59,20, y de Pablo Termes, con Outlander 800 EFI, con 1,04,01.
La tercera y última zona era la de los contenedores, y nuevamente Gelu Clotas fue el más rápido a lomos del Rincon, con un tiempo de 0,12,40, seguido de Jose Santiso, a lomos de un Kawa, quien hizo 0.12.90, y de Tino Granja quien paró el crono en 0,13,31.
Una vez hecho el cómputo de tiempos el vencedor fue Pablo Termes, quien no fue el más rápido en ninguna de las zonas, pero fue el más regular de todos, marcando un tiempo final de 2,00,84. En segundo lugar se clasificaba Tino Granja, con un tiempo total de 2,09,15, y siendo tercero Esteban Pérez, con 2,20,16.

 

Finalizada la prueba, ya bien entrada la tarde, todos nos trasladamos a las instalaciones de Autos Pola, donde fuimos obsequiados con una suculenta parrillada de carne. Finalmente se pasó a la entrega de premios a los vencedores. Hubo premio especial Montse, por su actuación del día anterior, y también lo hubo para el participante de más edad, quien a sus casi 61 años nos sacó los colores a muchos quadtreros, demostrando que en esto del quad no importa la edad, sino el espíritu. Con el sorteo de numerosos regalos, donados por los patrocinadores, se dio por terminado un fin de semana espectacular, donde se puso de manifiesto que ni las más duras inclemencias meteorológicas pudieron mermar el espíritu de Santos de Autos Pola, y de todos quienes les ayudaron en la organización del evento, ni tampoco amilanaron a un montón de auténticos quadtreros, que disfrutamos como niños. Nos despedimos todos hasta la próxima presentación que organice Autos Pola, que no sabemos cuándo será, pero de lo que si estoy seguro es que ¡Volverá a llover, con toda seguridad! Bien pensado le podíamos pedir que la organice en plena canícula veraniega, como infalible método contra la sequía.

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