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I QuadTrial Puebla de Lillo (León)

Publicado por Pablogueb

Unos incios con mal pié...

La localidad leonesa de Puebla de Lillo era la cita obligada para los amantes del quad, en lo que se suponía que iba a ser una oportunidad de poder usar nuestras máquinas por una zona bellísima, con cantidad de pistas amplias y poco conflictivas. Estaba prevista la llegada de los participantes desde la tarde del día 2 de septiembre, con actividades varias durante el día 3, tales como una trialera, y diversos espectáculos nocturnos, siendo la parte más interesante del programa la ruta de alta montaña prevista para el domingo día 4. Lamentablemente la intransigencia incomprensible de la Consejería de Medio Ambiente, y de la Dirección del Parque, que negaron no sólo la posibilidad de esa ruta de alta montaña, sino que prohibieron incluso que se celebrase por pistas con servidumbre de paso, en una decisión a todas luces ilegal, hizo que de los más de 150 inscritos la inmensa mayoría anularan sus reservas y que al final nos presentásemos tan sólo alrededor de unos 35 quads/ATV. Todo eso supuso un perjuicio para el organizador, y también para todos los que esperábamos disfrutar de un fin de semana en el que olvidar las penas de un verano nefasto. Pero quizá la principal perjudicada fue la economía local, porque en un pueblo pequeño, que está orientando su futuro hacia el turismo, porque la ganadería ya se la han cargado los políticos, el que 200 personas pernocten durante 2 noches y desayunen almuercen y cenen durante todo un fin de semana, no es algo que se puedan permitir el perder, sólo por el capricho de unos políticos incompetentes, que juegan a ser dioses desde su sillón oficial, y que toman medidas ridículas, absurdas e incomprensibles, sin pensar en lo que hacen, y sin pensar en los perjuicios que sus decisiones pueden causar. Pero bueno, a ellos esos perjuicios no les importan; ellos tienen su puesto asegurado, cobrando sus buenos miles de euros a costa, precisamente, de los bolsillos de aquellos a los que perjudican, y si un hostelero tenía previsto servir 80 desayunos, comidas o cenas, y sólo pudo servir 8 cenas, pues que se fastidie, pero eso sí: que no se le olvide pagar sus impuestos a fin de año, porque si se le olvida, o no puede pagarlos, le darán el palo, no vaya a ser que peligren los ingresos de los que nos malgobiernan.

Por estas razones, ajenas a la organización, todo hubo de quedar reducido a un trial en el circuito de buggies, y a un espectáculo nocturno, coincidiendo con la entrega de premios.

Aunque en un principio la prueba de trial iba a estar reservada para los ATV, con obstáculos más difíciles, hubo que hacer esos obstáculos bastante más suaves, con el fin de que los deportivos inscritos pudieran participar, y divertirse al menos durante un par de horas. La prueba estaba formada por cuatro zonas, todas bastante asequibles para los ATV, y no tanto para los deportivos. De acuerdo con los participantes se decidió que la competición se hiciese por tiempos, en lugar de por puntos. Además al tiempo empleado habría que sumar penalizaciones de 5 o de 10 segundos por apoyar el pie, poner marcha atrás, tocar las cintas o romperlas. El orden de salida se determinó por sorteo, también de común acuerdo con todos los participantes.

La primera zona constaba de cuatro obstáculos formados por gruesos troncos, dispuestos unos atravesados y otros perpendiculares al sentido de marcha. El primer participante, colaborador en la organización, tuvo problemas en esta zona, especialmente en el último obstáculo, en el que se quedó atascado teniendo que poner la marcha atrás para volver a intentar salvar el obstáculo. Totalmente descentrado acabó embistiendo y rompiendo la cinta de salida, lo que debía de suponer una nueva penalización. Incomprensiblemente, al finalizar la zona el resto de participantes, se le dio una nueva oportunidad de repetir la prueba, con la peregrina excusa de que había sido el primero y había salido en desventaja. Creo que cuando se acepta un sorteo hay que aceptar el que puede tocarte salir primero, y además conocía todas las zonas por haberlas entrenado antes. ¿Por qué entonces se le dio otra oportunidad? ¿Amiguismo mal entendido? ¿Tenía que ganar por narices? Que cada uno saque sus propias conclusiones, pero he de decir que esa segunda oportunidad no se le permitió a nadie más, incluyendo a quien esto escribe que por agarrotarse el gatillo del ATV que llevaba, salió de lado de los troncos y realizó un mal tiempo. Ni se me ofreció repetir la zona, ni yo pedí hacerlo, ni hubiera aceptado ese favor, porque cuando se compite, aunque sea entre amigos y para pasar el rato, las reglas han de ser iguales para todos, y si lo haces mal o se te estropea la máquina, pues mala suerte y ya tendrás otras ocasiones de resarcirte. En todo caso muy mal hecho, y muy mala imagen si se quiere repetir la experiencia en años posteriores.

Esta zona fue superada sin demasiadas dificultades por los ATV, excepto los ya mencionados, aunque los deportivos tuvieron algún problema que otro, debido a la altura de los troncos, necesitando varios de ellos ayuda para desatascarse. Quien mejor lo pasó sería el vencedor en esta categoría, que a lomos de su Suzuki 400 voló materialmente por encima de los maderos.

En la segunda zona ya hubo espectáculo, empezando por un Kodiak, que en la bajada del obstáculo de tierra, bastante pronunciada, volcó hacia delante aunque su conductor saltó hacia un lado resultando ileso. Aplausos generalizados y a seguir. El mayor espectáculo lo dio Santos, del equipo de Autos Pola, quien con su Outlander 800 EFI voló a la entrada del foso de agua, amerizando unos 3 metros por delante, y levantando un espectacular manto de agua. Las palmas echaron humo. Los deportivos tuvieron algún que otro contratiempo, ya que unos se atascaban en el barro, y otros no conseguían superar la fuerte rampa de salida de la fosa. Aquí fue decisiva la participación de espontáneos mochileros, que aunque sólo se permitía uno por quad, algunos tuvieron 3 ó 4.

La tercera zona consistía en un obstáculo de varias piedras grandes, con cruces de puentes, que acababa en una poza profunda en forma de V, con una salida complicada, con lo cual había que hilar muy fino para no tener problemas graves. Algún problema para el Grizzly del presunto ganador, así como para el Kodiak, que patinaron a la subida de las piedras. El susto del día lo protagonizó un King Quad, cuyo conductor entró a la poza demasiado pasado, con lo que el rebote de la suspensión delantera, unido a una intempestiva aceleración provocó el vuelco hacia atrás del ATV. Afortunadamente dicen qua la experiencia es un grado, y Santos se dio cuenta antes que nadie de lo que iba a pasar, tirándose a sujetar el King, y aunque no lo consiguió del todo, si que logró empujarlo contra el talud, que paró la mayor fuerza del golpe, y aunque acabó cayendo encima del piloto lo hizo con menos fuerza y sin causarle más que algunas magulladuras. Afortunadamente la rápida reacción del piloto de Bombardier evitó males mayores. En los deportivos el espectáculo lo dio Tano, de Cofiñal, quien se salió de la zona de piedras, volcando lateralmente el quad aunque él consiguió evitar que le arrollara. Desde luego esta fue la zona más accidentada de todas, ya que casi todos los deportivos tuvieron algún problema, y la ayuda de los mochileros fue imprescindible.

La cuarta y última zona consistía en varias zanjas poco profundas, con inclinaciones laterales, y otra fosa muy profunda, sin agua, y con salida muy empinada y un salto final. La dificultad mayor era la estrechez de la fosa, lo que provocó que casi todos los deportivos tocasen con las parrillas. El mejor salto de salida fue sin duda el de Tano, que se desquitó así de su fiasco anterior.

Una vez acabada la prueba, se desalojó al público del circuito, con el fin de que todos pudiesen dar unas vueltas y hacer un poco el gamba.

A la noche se procedió a la entrega de premios, con algún que otro murmullo de desaprobación al nombrar al ganador, porque Santos, que fue el ganador real; y el segundo clasificado, Andrés Parrondo, fueron desplazados injustamente una posición. Después de un espectáculo de streep-tease, y del sorteo de algunos regalos, los pocos quadtreros que por allí quedábamos nos fuimos a dormir, esperando que el año próximo año haya mejor suerte.

Texto y fotos: Susarón