Calentar y estirar

 Todos habréis visto a deportistas profesionales hacer ejercicios antes de empezar la manga, el partido o la carrera. La misión de estos es doble: prevenir lesiones y conseguir un mejor rendimiento físico.

Esto no es sólo para las competiciones, cualquier práctica deportiva debería ser precedida de calentamiento y estiramientos. Son aburridos, incómodos y nos hacen parecer... digamos que no parecemos héroes, pero pensar en lo que me dijo un profesor de educación física hace muchos años:

¿Alguno de vosotros salta de la cama inmediatamente después de abrir los ojos y se pone a correr por el pasillo, ordenar la habitación, bailar? La gran mayoría no. Lo que hacemos es espabilarlos un minuto en la cama, moviéndonos lentamente, nos sentamos en ella desperezándonos y nos levantamos caminando lentamente, hasta que poco a poco estamos listos para la actividad diaria.

Adaptarse de una actividad física baja a una más intensa es muy beneficioso y se reparte entre ejercicios de calentamiento y estiramientos.

Otra pregunta ¿Qué hacemos para doblar un plástico o un metal sin que rompa? Calentarlo. El calentamiento consiste en cualquier ejercicio que eleve nuestro ritmo cardíaco, movilice los músculos y, evidente, aumente la temperatura corporal. Ha de ser progresivo y general, implicando a todo el cuerpo con movimientos controlados. Nos tenemos que tomar un tiempo para hacer esto, calentar de golpe en el último minuto suele ser perjudicial.

Si nos llevamos una bici a la carrera, nos vendrá bien dar unas pedaladas. Una marcha que suba de intensidad o unos ejercicios de tijeras son perfectos. Tendremos más oxigeno en nuestros músculos, que están menos densos o agarrotados y articulaciones “engrasadas”.

Otra gran misión del calentamiento es el de la concentración para la actividad física. Nuestro cuerpo y cerebro se ponen alerta. Si tenéis la suerte de contar con un compañero de equipo, podéis practicar juegos dinámicos (esos juegos que hacen los futbolistas en los entrenamientos)son fantásticos por que ayudan a relajar también parte del estrés, siempre que haya buen rollo. Darse de leches antes de una carrera calienta mucho el cuerpo, pero descentra bastante.

Con el cuerpo “entonado” podemos hacer algunos estiramientos. Estos han de ser controlados y suaves. Muchas lesiones musculares tienen su causa en un estiramiento forzado o brusco en el que se rompen fibras. Todos sabéis en qué consiste estirar, se trata de hacerlo mantenido por unos segundos, sin ningún dolor y repetirlo suavemente.

Hay personas que no se encuentran cómodas con el estiramiento antes del deporte. Si sois de esos no os preocupéis, aprovechad el tiempo para calentar un poco más. Es más importante el estiramiento al terminar el ejercicio. Ya sé que termináis cansados, extenuados. No se trata de poner el pie detrás de la oreja, basta con estirar suavemente los músculos que tenemos más agarrotados para ayudarles a volver a su estado relajado. Esta sencilla práctica nos ahorrará tensiones, tendinitis y congestiones.

Estos minutos, nos ayudarán a tener más fuerza en las manos, que no se nos agarroten los antebrazos y, en definitiva, estar centrados en pilotar y no en los calambres.