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un fantástico día de verano!!

Publicado por Pablogueb

Contribución de: Pablogueb

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Un día de ruta, de esos que empiezan mal... pero terminan peor. :o)

un fantástico día de verano!!

- Si, veniros, que tengo que probar el nuevo Polaris RZR 900XP 4 plazas y me vendrá bien llevar pasajeros para comprobar sus prestaciones. Quedamos mañana, que parece que lloverá un poquito y tendremos los caminos perfectos. Además esta ruta por la costa es una pasada, con unas vistas preciosas.

 Tras colgar el teléfono, y después de mantener semejante conversación, se presentaba por delante una jornada de esas que dejan huella. Un vehículo impresionante, un buen grupo de amigos y un día de junio inolvidable. Resultó realmente inolvidable... aunque no tengo muy claro en qué sentido.

La tremenda tormenta que nos cogió nada más salir de ruta, no presagiaba nada bueno. El cielo se oscureció sobre nuestras cabezas, la niebla se iba cerrando a cada kilómetro, y un aguacero tras otro competían por ver cual nos echaba más agua encima. Parecía como si nos hubiésemos adentrado en un tremendo invernadero y transitásemos bajo los aspersores puestos a máxima potencia.
Quién se hubiera figurado este tiempo en pleno mes de junio!!
Mientras escribo estas líneas al día siguiente, observo por mi ventana el maravilloso día de primavera que está hoy, y tengo la impresión de que ayer alguien nos tomó el pelo... !kgonsomadre!

Pero como las cosas también pueden ir a peor, ese fue el rumbo que tomaron.

 En un pequeño descanso que nos día la lluvia, nos sacudíamos el agua, estrujábamos los guantes y limpiábamos gafas para ponernos en marcha de nuevo. Disponer de 4 plazas da mucho juego, sobre todo para comentar la jugada y tomarte los problemas con filosofía. Entre chiste y chiste, entre anécdota y anécdota, apostando si aquel, o aquel otro día, fue peor, la ruta transitaba tranquila por un pequeño atajo cubierto de hierba y matorral. Habíamos pasado un par de cortafuegos, dos tramos muy muy rápidos, y ahora circulábamos lentamente por una zona estrecha y también un poco justa para uno de estos grandes RZR, lo que nos obligaba a ralentizar el paso.
No recuerdo muy bien, cual era el chiste que el amigo Cueto contaba en ese momento, pero puedo asegurar que ni a Marcial, ni a mi, ni al propio Cueto, nos hizo ni p... gracia. De repente y sin saber de dónde había salido, en medio del camino y camuflada entre las altas hierbas, una tremenda piedra apareció como de la nada delante del trapecio delantero izquierdo. Supongo que éste, el trapecio, se asustó e intentó esquivarla, pero tratándose de un objeto inanimado, no pudo esquivar el golpe y al momento estaba entre la hierba partido en tres pedazos. Dentro de la cabina, los tres ocupantes no salíamos de nuestro asombro. El camuflaje de hierbas, pero sobre todo, el canto afilado y la orientación de la piedra eran perfectas para echar al traste un día ya de por sí aciago.
Para intentar salir de aquel atolladero, sin añadir otros componentes a la lista de un trapecio roto, tocaba desmontar todo lo desmontable e intentar retomar camino a la pata coja, hasta la carretera más cercana. Pero como todos ya sabéis, con poco más que un alicate y un reparapinchazos, imposible desmontar un amortiguador, soltar crucetas, transmisión, pinza de freno y un trapecio superior.
Si alguno de los lectores ha pensado: “- joer Pablo, como no te llevas la herramienta”, pues ha llegado tarde, eso ya lo dijeron Marcial y Cueto en aquel preciso instante. Lo que suele ocurrir: damos una “vueltina” por aquí cerca y nos llevamos lo justo.

 Total que... llama a la parienta, traete la herramienta, envía a un colega a por el remolque, y sin perder tiempo, cuerpo a tierra, pues te esperan dos horas de trabajos mecánicos y lucha por salir del atoyadero, mientras las tormentas se relevan incesantemente para dejarte empapado hasta el infinito y más allá. Ni siquiera la famosa impermeabilidad de las botan Kamval fue capaz de mantener los pies secos. !creo que en mi vida me había mojado tanto! Y para más inri, diez graditos de temperatura por si alguien se acalora. !en junio, toma ya!
Tras desmontar lo indesmontable y comprobar como se nos echaba la noche encima,por fin dimos con un amable vecino de un pueblo cercano que nos remolcó con su tractor. (Amador, te estaremos etarnamente agradecidos)

A las 12 de la noche por fin el Polaris RZR 900XP 4 plazas, pisó el asfalto. Cojo de una pata y con el pie en cabestrillo para no arrastrarlo por el suelo, nuestro hermoso Rocinante no había perdido su buen semblante. Ni un rasguño, ni un mal gesto, ahora se recupera en el concesionario, donde los mecánicos del concesionario JVQuad (Asturias) calzan y reparan su cojera, y dejarlo dispuesto a enfrentarse a otra dura hazaña por los montes asturianos.

Desde el golpe, hasta ver el RZR cargado en el remolque, habían pasado cinco interminables horas, en las que no recuerdo que parase de llover, a no ser para hacer cuatro fotos de recuerdo con el móvil. Y como en toda gran aventura, esta también terminó con un buen café, y una ducha caliente, de esas que duran por lo menos una hora hasta recuperar una temperatura corporal medianamente correcta.